sábado, 10 de octubre de 2009

A LA MUERTE DE FEDERICO



A LA MUERTE DE FEDERICO

En cuevas del Sacromonte
vive el cante suspirando,
Granada gime en silencio,
porque un grupo de malvados
cuando la aurora rayaba
talle de mimbre cortaron.

Van de luto las gitanas,
con el alba han despertado.
Miles de blancas estrellas
sin su brillo se quedaron
y las copas de los chopos
visten sus hojas de llanto.

Las campanas de las torres
de pena y rabia doblaron,
sangre de coplas y versos
de cuatro heridas brotaron,
y luego al rayar el día
venas sin vida quedaron.

Federico García Lorca,
risa de infancia y de campo,
conciencias de mal nacidos
tus lunas te las segaron,
tanto amor en los humildes
no pudo ser perdonado.

Que no hay clemencia en la tierra
para corazones blandos.

Te fuiste de madrugada,
pero tu savia ha cuajado,
luz de eterna primavera;
cirio verde perfumado,
estará viva tu llama
en nuestra mente girando.

Que te arrancaron la vida
sentimientos endiablados;
despertar de un día triste
cuando los trigos granados
se cubren de un oro nuevo
con las alondras cantando.

Bajando del Albaicín
vienen gitanas llorando,
mantones verdes por luto
y escalofrío en los labios:
dolor respiran los parques
con los lirios apagados.

Hilos de hastío y tristeza
tiñe el color del verano,
el cantar de ruiseñores
en la garganta se ha ahogado
y el sol de los claros ríos
de negro raya angustiado.

Federico García Lorca,
guitarra, suspiro y llanto,
tú vives en cada esquina
y con tu talle quebrado;
por los confines del mundo
llevan tu nombre en los labios.

Por cuevas del Sacromente
siguen tus versos sangrando.

.oOo.

-Manuel Cornejo González-