sábado, 19 de marzo de 2011

UNOS VERSOS DE AMOR




UNOS VERSOS DE AMOR

Amor para el mundo/destierro al dolor,
que hermoso milagro/¡háznoslo Señor!

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Quisiera yo cada día a la aurora saludar
con un poema de amor sobre la fraternidad
y sirva para que brote del mundo un bello rosal.
Y entre las rosas más bellas:
la rosa de la amistad.

Llamo al duende, no responde, y a Dios no puedo llamar,
tengo cerradas sus puertas, me conoce de verdad:
soy pecador disfrazado
y de fiel: ¡un falso más!

Yo quisiera que unos versos pudiera al mal desterrar,
me siguieran cual mi sombra e irradiarlo en libertad,
para declamarlo al mundo
que falto de estima está.

Señor, perdona al poeta y dame el verso de paz,
para que elimine el llanto en su negro caminar
y allane los desniveles
de tanta desigualdad.

Sílabas de avenencias, pon en mis versos tu imán,
llenen mis turbias ideas tu infinita claridad,
para que se calme un poco
este feroz vendaval.

Dame el numen de la magia, tengo ansias de crear
versos donde rinda el sol las nubes de oscuridad,
canto que ayude a la pena
y a su dolor endulzar.

Que camina cabizbaja llena de nubosidad,
crucificada en dolor gimiendo sin respirar,
por los caminos oscuros
cargada de soledad.

Para mi sed nada pido, reclamo un manantial
donde corra el agua clara de amor y de honestidad
y que beban de sus aguas
los sedientos por igual.

Otros, la gloria te piden, yo te suplico igualdad,
que derrames el milagro y a tanta angustia calmar;
te pido misericordia
y todo un bien sin final.

Sólo unos versos demando que defiendan la verdad,
esa que tú predicabas, de volverle el bien al mal.
¡Ciérrale Señor las puertas
a tanta calamidad!
Transmíteme ese poema de tu mente celestial,
dame esos versos de luz que nunca pude alcanzar
y que ilumine a la tierra
con toda su intensidad.

¡Que en los jardines del alma
germine el blanco azahar!

Te pido, ¡Señor! tu verso, nítido como el cristal,
hecho pétalos de flores que al ser pueda permutar,
que brote de un sólo árbol
los frutos de dignidad.

Que un nido de paz resalte en un nuevo despertar,
donde las aves sonoras nos canten con suavidad
con sus mensajes armónicos
y el acento musical.

Un verso, y no para mí. . .
“señor”
sólo para los demás.

.oOo.

-Manuel Cornejo González-







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