LA PEREZA DEL SUEÑO
Con las vivencias de ayer y la nostalgia de hoy,
cuántas horas en vela esperan las madrugadas.
Qué cansancio nos asedia
cuando llegamos tan lejos,
hasta el sedante más sutil
se niega a vencer al sueño
y así, escoltando estrellas,
se van las horas despiertos.
Que las noches se hacen largas
después de tantos inviernos
y en ensayos de canciones
arrugadas por el tiempo,
poco a poco nos dormimos
como los niños pequeños.
Con los sueños de colores
vamos hilvanando versos,
nos extasían mariposas
del oasis más despierto.
¡Que son bellos pocos años,
si a la vez felices fueron!
Que galopando en la noche
por las sendas del silencio
que dejan siempre los años,
nos surgen viejos recuerdos
y campanas del pasado
nos tocan dentro, muy dentro.
Y así, batimos la noche
y a la indolencia del sueño,
apagando nubarrones
tan lóbregos del momento.
“Siempre el ayer fue más claro,
por ser ayer. . . nos creemos”
¡Ay! de los parques perdidos.
¡Ay! del ayer sin regreso.
¡Ay! de aquello que no vuelve. . .
Cuánta añoranza tenemos.
.oOo.
-Manuel Cornejo González-
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