domingo, 13 de marzo de 2011

QUÉ PENA ME DAS MUJER







QUÉ PENA ME DAS MUJER

Ayer cantaba a la flor
que en el jardín florecía,
hoy mi nostalgia le canta
a una flor que se marchita.

Paso lento a paso lento,
nos vamos ya desgranando,
igual que olvidada espiga
deja el segador al campo,
molida de sol y tiempo
reseco mueren sus granos.

Qué pena me da mujer
cuando contemplo tus labios,
sin su color de amapolas,
marchitos, desdibujados,
igual que un lienzo en olvido
en un rincón solitario.

La tristeza que me embarga,
es que al rodar de los años
tu mata de pelo oscuro
copien paisajes nevados,
y el rosal de tus mejillas
se destiñan de cansancio.

Qué dolor que poco a poco
te siga el eterno ocaso
y que juegue con la sombra
los claros de tus encantos,
y el verde de tu jardín
quede de otoños marcado.

Somos gusanos de seda,
pasamos la vida hilando,
mudados en mariposas
la muerte nos da descanso
y el delicado tejido
queda en tierra granando.

Y otra vez vuelve a lucirse
la flor que se fue secando,
y a así de nuevo la vida
revive el bello milagro.
La recompensa del tiempo
siempre, siempre, renovando.

Qué pena me da mujer,
al mirarte me desgarro,
al ver que las primaveras
te dejan ya de la mano
y se marchitan tus lunas
con tus jazmines ajados.

Quiero verte como ayer,
como en tus floridos años,
en tu primera pasión
y yo a tu vera, velando,
acuñándote en cariño
y en tu calor abrazado.

Deja mi visión despierta
y viva el ayer soñando,
así yo veré hasta el fin
que el tiempo no te ha pasado.

¡Mirando tus mismo ojos,
besando tus mismo labio!

.oOo.

-Manuel Cornejo González-